Duelo. Un camino de aceptación, re-significación y elaboración de las pérdidas

 

En términos generales, el duelo es un proceso normal que debería durar un tiempo limitado. Cuando el duelo tiene una evolución favorable, la elaboración del mismo puede resultar en un mayor grado de madurez y aprendizaje personal para quien lo ha atravesado.
El proceso del duelo implica dolor emocional y la emoción más frecuente en aparecer es la pena o aflicción. Este dolor puede validar o invalidar las creencias y visión de la realidad que la persona tenía hasta el momento y también puede conducir a la vivencia interna de un estado de soledad, aislamiento, desamparo o abandono.

Los duelos acontecen en la vida de una persona desde épocas muy tempranas y juegan un rol muy importante en la estructuración psíquica. A lo largo de todas las etapas vitales, los duelos continúan sucediéndose uno tras otro, siendo siempre el último el que re-significa al anterior. La elaboración, la re-significación, el otorgar sentido a las pérdidas y a la vida misma, constituyen las tareas primordiales en este proceso denominado duelo.

Las pérdidas que desencadenan un duelo pueden ser diversas, como por ejemplo, cambios laborales, rupturas amorosas, mudanzas a otra ciudad o país, el fallecimiento de un ser querido, etcétera. Además, éstas pueden ocurrir en variadas circunstancias que pueden ser a veces previstas o acontecer de manera inesperada y brusca, e incluso, pueden presentarse en formas múltiples y en simultáneo. La consecuencia en el individuo, en diferentes grados de intensidad, serían dolor y angustia. El fallecimiento de un ser amado quizás resulte ser una de las pérdidas más dolorosas que deba atravesar una persona.

El trabajo del duelo es un proceso psíquico lento, doloroso, propio y particular que cada sujeto debe atravesar y que varía de un ser humano a otro. Si no se atraviesa este proceso de duelo o se posterga o reniega de él, el duelo puede tornarse patológico y deteriorar la vida psíquica-anímica y social, como por ejemplo, conducir a diferentes trastornos depresivos, estados melancólicos u otros trastornos o condiciones.

Las intervenciones de un psicólogo en cuanto a los duelos pueden variar de acuerdo a cada enfoque técnico empleado. Más allá de la técnica o marco teórico de trabajo del profesional, una terapia psicológica implica una propuesta de trabajo dentro de un espacio simbólico, denominado espacio terapéutico, en el cual el paciente pueda sentirse habilitado a emprender una revisión de todo lo acontecido, para aceptar y elaborar su pérdida.

Además, este espacio terapéutico propiciaría la puesta en palabras de emociones y sentimientos, la generación e indagación de interrogantes para lograr construir nuevos significados acerca de esa pérdida angustiante y dolorosa, por lo general, de carácter insustituible e irreversible.

 

Autor:  Lic. Juan Manuel Roza

 

 

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