El estrés se manifiesta como un conjunto de respuestas psíquicas, comportamentales y fisiológicas que un individuo experimenta ante una situación o estímulo, que es percibido por aquél como una amenaza o una demanda superior, que rompe con el estado de equilibrio hasta entonces existente. La adaptación alcanzada del sujeto, sus mecanismos o modos de respuesta, son puestos a prueba ante la amenaza percibida o un incremento en la demanda física, intelectual, emocional.
Condición que propicia la aparición de otros trastornos
El estrés puede volverse crónico si es sostenido en el tiempo. Algunos signos o síntomas serían un incremento significativo de ansiedad, cansancio o agotamiento físico, irritabilidad, insomnio y falta de concentración, entre otros. El estrés también puede contribuir a la aparición de una problemática de ansiedad y/o de depresión.
En la actualidad, los artículos en distintos medios de comunicación y/o Internet, proporcionan infinidad de fórmulas y recetas para afrontar el estrés con dietas, ejercicios físicos u otras prácticas, lo cual sería válido si tenemos en cuenta al ser humano sólo desde la esfera biológica. Pero el ser humano es mucho más que cuerpo biológico, por lo que vale interrogarse por la subjetividad de la persona, que interviene en la percepción de la situación o de los estímulos estresantes, y sobre los recursos psicológicos que resultaron insuficientes y habría que fortalecer o revalorizar.
Acudir a una terapia psicológica para afrontar el estrés y reducir sus efectos sobre la salud psicofísica
La terapia psicológica de tipo cognitivo-conductual suele ser la recomendada en los casos de estrés, debido a que propone la utilización de técnicas cognitivas para la modificación de patrones de pensamientos disfuncionales que contribuyen o disponen al cuadro de estrés. A la vez, con un amplio abanico de técnicas conductuales o experienciales, la terapia cognitivo-conductual impulsa modificaciones de determinadas conductas del individuo, que favorezcan nuevas respuestas ante determinados estímulos o situaciones.
Por otra parte, la terapia psicológica de orientación psicodinámica podría ser útil con sus técnicas para conocer y hacer conscientes los aspectos de la propia vulnerabilidad, para así poder introducir cambios que ayuden a sobrellevarla.
Una adecuada combinación de técnicas en una terapia psicológica sería altamente beneficiosa para combatir los efectos psicofísicos del estrés y promover cambios más sostenibles en cuanto a recursos de afrontamiento.
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